El Corazón de una Madre

Soy María Antonieta Montilla,  madre SOS de la Aldea Infantil de Ciudad Ojeda, tengo 5 años trabajando en la organización donde me he formado como madre social. Uno de mis hijos de crianza es Yorfran  Díaz, tiene 10 años, es uno de los 9 niños y adolescentes que tengo bajo mi responsabilidad. Llegó a mi familia junto a su hermano biológico Franky en el año 2008, y es el más reciente grupo de hermanitos que acogí en mi gran familia SOS.

De los dos hermanos, Yorfran, era el más tímido y cerrado con sus emociones. Desde su llegada a la familia,  manifestó mucha molestia, algunas veces era tanta su rabia que lo demostraba dándole golpes a la pared. Como  mamá SOS, fui capacitada para atender a niños y niñas que se encontraban en esta situación de vulnerabilidad,  quererlos, apoyarlos y ofrecerles mucho amor. Para acercarme a mi hijo Yorfran,  lo primero que hice fue escuchar lo que él sentía. Luego,  con mucha paciencia y ternura comencé a hablarle para decirle, poco a  poco, mis funciones como responsable de su cuidado.

Al pasar el tiempo, yo iba corrigiendo algunos de sus malos hábitos, me preocupaba por su forma de vestir,  porque a mi me gusta que se vea como todo un caballero, lo enseñaba a comer bien  en la mesa y  agradecer a Dios nuestra comida,  entre otras cosas, que hace una madre para educar a sus hijos. Todas mis muestras de cariño, permitieron que mi hijo Yorfran se abriera y entendiera los nuevos cambios que estaban ocurriendo en su vida. Otra gran ayuda, fue el apoyo que todos sus hermanos le ofrecieron, para hacerlo sentir parte fundamental de nuestra hermosa familia.

Como madre me he dado cuenta la gran ternura que hay dentro de Yorfran.   Mi hijo en la actualidad ha dado cambios gigantescos, no es el mismo de hace dos años, ríe, juega, expresa sus descontentos y alegrías con facilidad. Es un niño que a la hora de dormir no le puede faltar el beso,  el abrazo de buenas noches y la bendición de mi parte, su madre SOS.